La definición más literal dice que el ‘branding’ es la práctica de crear una marca, un nombre, un símbolo o un diseño que identifica y diferencia a un producto de otro. En realidad, un ‘brand’ es un conjunto de ideas y asociaciones. Pongamos como ejemplo un reloj Rolex: las ideas que se asocian con la marca son estatus, prestigio, calidad y durabilidad. Si contrastamos esta marca con Swatch, inmediatamente pensamos: accesible, divertido, colorido e informal. Más allá de las asociaciones, ambos relojes cumplen exactamente la misma función: darnos la hora.
Podemos buscar ejemplos en casi todas las industrias: automotriz, indumentaria, hostelería y calzado. Si comparamos lado a lado una prenda básica como es una camiseta de algodón blanca, pero una tiene bordado un famoso cocodrilo mientras que la otra no, ¿es necesariamente mejor la camiseta con el bordado? La respuesta es que no. El ‘brand’ no es una expresión de calidad sino una percepción de realidad.
El propósito de una buena estrategia de branding es crear un conjunto de asociaciones único al producto que se desea promover. Este es un proceso intencional de modificar o manipular la percepción del consumidor priorizando deseos y aspiraciones por sobre necesidades.
Por eso, si tu noción cuando piensas en branding es un logo, una paleta de colores y una identidad visual, branding es algo más. El branding es importante porque transforma la percepción de un producto o un servicio, creando una nueva necesidad o una manera diferente de experimentar dicha oferta. El ejemplo más claro es Starbucks, la cadena internacional de café. El café es una de las bebidas más consumidas en el mundo y lo ha sido por mucho tiempo, sin embargo, Starbucks revolucionó por completo el sector.
Crear un brand es crear una marca (en el sentido literal de la palabra), es una identidad definida y reconocible, es crear una historia y un mensaje que resuene con una audiencia en particular. Un brand exitoso, puede convertirse en el activo no tangible más valioso para una empresa, por eso vale la pena prestarle atención.
